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| Madera de abedul, 23 x 43cm. Tela de algodón de primera calidad, pintada y recortada a mano |
Hace poco vi una película donde en una escena, había un hombre tocando el piano con una de estas peceras redondas encima del mismo, como decoración tal vez.
Me pareció horrible, que se utilicen animales como decoración, ¿porqué sino se tienen estas peceras que son como un calabozo?
Un pez no puede ser feliz así.
Libres están mejor, así les demostramos nuestro amor.
Muy cierta tu reflexión Claudia, una verdadera tristeza.
ResponderEliminarCariños
Lindo lindo lindisimo!!!!
ResponderEliminarPienso lo mismo
Bss
Precioso el abanico....como siempre
ResponderEliminarun abrazo
Precioso. Y toda la razón con eso de las peceras. Y mira que tengo un pez adoptado en casa. Le cuidé en verano y ahí sigue. El pobrecito me da penilla, pero es un pez beta que no puedo soltar en cualquier sitio, ni creo que pudiera sobrevivir. El caso es que tengo una relación fantástica con el pez: come la comida de mi dedo, da volteretas estupendas por las mañanas cuando me levanto y paso por el salón (supongo que por la comida), deja que le acaricie la cabeza... nadie se lo cree hasta que lo ven, pero créeme que no te miento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una artista! Cuánta sensibilidad !
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